Como todos sabemos, la evolución del parapente llevó a un constante progreso en cuanto al aumento de alargamiento y reducción de líneas.
Tal es así que es posible hacer volar perfectamente un ala con una sola líneas de suspentaje, y que con ayuda de un buen arco alcance perfectamente para cumplir con las necesidades del vuelo.
Es claro que para llegar a ese resultado deben ajustarse parámetros muy claros de diseño con el fin de resolver los problemas de estabilidad que aparecen cuando pretendemos hacer volar un ala con sólo una línea de anclajes.
Si no se van a usar costillas con elementos rígidos, es primordial usar un perfil reflex y que en lo posible tenga la sustentación bien adelantada en el largo de la cuerda.
Este es el caso del kite llamado REFLEX que diseñé y construí en el año 2001, el cual sirvió y se vendió como ala de traccion para mountain board.
Este comentario hace referencia a lo que está ocuriendo con la venida de las velas de 2 líneas, dejando en claro que las alas de una línea no son para nada imposibles.
En el caso del REFLEX, la línea de anclajes está en el 14,9% de la cuerda, correspondiendo a una incidencia para vuelo acelerado ( se ve en la ubicación de las bocas del ala bien adelantadas ).
¿Cuál es el límite? ¿una línea o ninguna como en el caso de los kites con tubos inflables?.
La evolución del parapente dió un giro importante con el uso de partes rígidas en las costillas, el suspentaje puede bajarse más todavía, pero el siguiente paso será la domesticación de la envergadura del ala.
Solamente consiguiendo que las velas no hagan corbatas, habrá dado un paso enorme el parapente. Si la envergadura del ala se mantiene en las proximidades de la posición de vuelo cuando el ala pliega, entonces la recuparación al vuelo será casi instantánea como a la salida de bandas B.
Ya hubo intentos de domesticar la envergadura, tubo inflable, varillas de fibra y aparentemente tuvieron algunos problemas. Pero no nos olvidemos que los intentos de poner partes rígidas en las costillas también existieron y fracasaron... la respuesta es simple: No era el momento y tampoco era el último recurso.
Las alas de competición de tres líneas estaban al límite de posibilidades, en alargamiento y el reducción de líneas en diametro y cantidad, cuando parecía que no había otro camino, la respuesta fué justamente hacer lo único que quedaba... ¡Sacar una línea de suspentaje!.
Las alas de dos líneas tampoco son un invento, ya existen desde hace años, pero tampoco era su momento.
Todavía queda por sacar otra línea de suspentaje o inclusive todas... pero lo más interesante será ver el camino de los diseñadores visionarios que le den el golpe maestro a la pérdida de la envergadura en vuelo, que es una de las situaciones más graves a baja altura.
Al parpente le queda mucho camino por recorrer y es el tipo de vuelo que ha evolucionado con mayor rapidez, dependemos de la tecnología, de materiales muy modernos.
Un planedor primario puede construirse de pino y tela de algodon impermeabilizada... nuestros parapentes son verdaderos hijos de la tecnología; requieren de suspetajes con 1% de estiramiento y telas que pesan 45 gramos por metro cuadrado, que además son estancas y que soportan los UV ¡¡¡durante 500 horas!!!.
Es muy interesante lo que vendrá...
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